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Las conductas agresivas suelen mostrarse en el comienzo de la edad adulta como algo que hace sentir a los adolescentes más fuertes y maduros, sin embargo son siempre una muestra de inseguridad y debilidad.

La agresividad puede manifestarse de varias formas: verbal, física y gestual.

La agresividad verbal consiste en decir palabras o frases que humillan o descalifican a otras personas.

La agresividad física consiste en manifestar descontento, desacuerdo o tratar de imponer los deseos a través de la fuerza física.

La agresividad gestual consiste en manifestar rechazo hacia lo que la otra persona dice o hace  con gestos  a ademanes que la humillan y la hacen sentir mal.

El comportamiento adecuado es aquel en el que la persona se comporta de forma alegre, cooperativa y participativa, comunicándose con los demás de forma clara, directa y no ofensiva. Se expresa con respeto siendo capaz de exponer sus sentimientos de forma sincera sin ofender a los demás.

Los aspectos fundamentales a tener en cuenta para la comunicación adecuada con los demás son:

1.-La expresión facial. La expresión de la cara debe ser tranquila, amable y serena.

2.-Contacto ocular. La mirada debe ser directa a los ojos, con un contacto ocular adecuado, fomentando así la sinceridad.

3.-Postura corporal. La actitud de respeto queda reflejada al mantener el cuerpo relajado y con asentimientos de cabeza.

4.-Distancia física. Mantener la distancia adecuada, con el espacio personal necesario para cada persona.

5.-Modulación de la voz. Mostrar un tono de voz firme, segura y sin titubeos.

6.-Gestos corporales. Adecuados y respetuosos.

Si los adolescentes fueran capaces de actuar siempre utilizando esta forma adecuada de comunicación, posiblemente se pelearían menos, perderían menos amigos y sentirían menos miedo al estar con los demás.

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