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Como ya sabemos, la gran mayoría o todos nosotros llegaremos a ancianos tarde o temprano, pero hasta ese momento no te planteas de la forma en la que quieres envejecer o el estado de salud que deseas tener llegado el momento.

Nuestra llegada a la ‘’tercera edad’’ se verá muy influenciada por la calidad de vida que hayamos tenido durante la infancia y la edad adulta, aunque si es cierto que a esa edad debemos empezar a tener en cuenta factores que anteriormente dejábamos pasar.

Uno de los aspectos a tener en cuenta, es la etapa de cambio que se produce cuando emprendemos el camino hacia la jubilación, en ese momento se produce un cambio muy brusco, ya que los hábitos sufren una modificación. La vida cotidiana cambia de un momento a otro, teniendo en cuenta que nuestro principal foco diario es el trabajo, a partir de ese momento la persona dispone de demasiado tiempo libre, debiendo centrarnos en este principal problema para hacer frente a los cambios.

  1. En primer lugar hay que concebir la llegada de la jubilación como una oportunidad para realizar todo lo que antes no pudimos, cuando trabajamos no teníamos tiempo para dedicarle a algo que nos apasiona, como puede ser viajar conociendo personas y entablando nuevas  amistades…
  2. Por otra parte, deberíamos dedicar tiempo para conocernos a nosotros mismos, para ver cómo hemos cambiado con el paso del tiempo, descubrir nuestras emociones y pensamientos, para así poder valorar qué cosas nos gustarían para sentirnos bien con nosotros mismos.
  3. Un aspecto muy importante tras nuestra jubilación es cuidar las relaciones sociales, que debemos seguir manteniendo con nuestro entorno, para así no sentirnos apartados una vez hayamos dejado de trabajar, además mantener este tipo de relaciones es positivo, nos aleja las emociones negativas, favoreciendo las emociones positivas.
  4. Es fundamental la organización de nuestro día a día, comenzando por nuestra alimentación, el autocuidado o dormir, pero algo que también es muy importante es nuestro tiempo libre, debemos organizar nuestros espacios de tiempo, según las actividades que queramos realizar, como por ejemplo ir a hacer deporte, en la medida de nuestras capacidades.

En general, debemos estar abiertos para vivir nuevas experiencias y sensaciones, no cerrarse a vivir con positividad y a aprender a disfrutar de la vida de otra forma a la que no estábamos acostumbrados.

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