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Son muchas las personas que acuden a nuestra consulta afectadas por su modo de relacionarse  con los demás. Saber si alguien te puede caer bien o no, es importante si el objetivo lo tenemos puesto en  conocer gente nueva y conseguir un grupo de amigos con los que nos podamos sentir a gusto. Es cierto que mantener una actividad social sana es muy importante y se convierte en un pilar insustituible para disfrutar de una vida feliz.

Para conseguir saber si una persona que se cruza en tu vida puede llegar a caerte bien y  poder establecer una relación de amistad con éxito,  deberemos saber que lo primero que ocurre es la elaboración de una primera impresión, que  generará una imagen determinada de esta persona.

La primera impresión es una sensación general, producto de la información que llega a través de los cinco sentidos sobre esa persona. La forma de vestir, sus rasgos faciales, sus gestos, el corte de pelo, etc. ofrecen una información que se asocia a un estilo  determinado. El cerebro dispone de una gran cantidad de información previa donde, haciendo uso de ella, elabora una primera impresión que permanece en nosotros hasta que no pasa a una fase posterior o de conocimiento.

En esta fase de conocimiento, se intenta corroborar la primera impresión o modificarla. La información verbal que llega va adquiriendo cada vez más peso y relega a un nivel posterior a  la primera impresión, que acaba perdiendo notoriedad. Es frecuente que en este proceso se desmonten ciertas apreciaciones, que dan paso a un nuevo concepto más racional de la persona que estamos conociendo.

La fase de conocimiento puede ser más o menos larga dependiendo de la frecuencia de los contactos y de la sensación subjetiva de bienestar que produzca cada interacción. Aunque cada persona pueda tener su propia definición de la amistad, no cabe duda que el objetivo principal de una relación interpersonal  debe ser la búsqueda de empatía y de afinidad que le permitan  sentir experiencias agradables en sus relaciones.

La fase de amistad llegará después, es una fase posterior, donde cada persona podrá ir dando determinados pasos para ofrecer algo más,  información relevante, ofrecer opiniones, planteamientos, razonamientos puntuales sobre determinados temas complejos.

También es importante en esta fase hablar sobre uno mismo, sobre temas que sean motivo de preocupación y lo hagamos con alguien que sabemos que puede entendernos.

A esta última fase no es conveniente llegar sin haber avanzado satisfactoriamente en las anteriores, pues si no avanzamos adecuadamente  pueden aparecer emociones negativas o sintomatología psicológica que afecte a la salud general.

Las personas que llegan a ser consideradas “amigos” deben haber pasado un complejo proceso hasta llegar a conseguir este reconocimiento, por tanto, cuídalos y no los pierdas.

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