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Nos encontramos en la recta final del curso, en la que muchos niños o adolescentes están intentando conseguir su mayor nota para poder sacar una buena media final.

En este tiempo, es importante que los padres apoyen a los hijos, pero que no lleguen a sobrecargarlos demasiado, debido a que es un tiempo de estrés y muchos nervios para ellos, pudiendo llegar esto a provocar que en esta última recta final se vengan abajo y no rondan adecuadamente.

Hay que tener en cuenta que en estas fechas de final de curso van a surgir contratiempos, muchos exámenes, trabajos para entregar, muchas actividades para casa, etc. Este es el motivo por el cual no debemos dejarlo todo para el último momento. Saber llevar a cabo una organización adecuada diaria y semanal por si en algún momento surge algún contratiempo y saber que tenemos tiempo suficiente para poder resolverlo es fundamental para evitar  saturarnos demasiado.

Los padres deben premiar a sus hijos,  si ya son adolescentes serán  ellos mismos quienes deban premiarse cuando vean que han conseguido su objetivo, marcado diariamente o semanalmente. También se deberá reforzar mediante actividades gratificantes adecuadas,  cuando finalice el curso, si  han conseguido los objetivos propuestos, según el tiempo de esfuerzo y dedicación.

Cuando ya llegamos a un nivel superior en los estudios, es común que los adolescentes se obsesionen con algunas asignaturas en concreto, pudiendo dejar el resto un poco aisladas o simplemente no dándoles tanta importancia. Es frecuente que se centren y le den mucha importancia a las asignaturas que le gustan mucho y que vean el resto como aburridas y no les presten atención. Otra incidencia que puede ocurrir con frecuencia  es que se obsesionen con una asignatura que no es de su agrado para poder conseguir la mejor nota del curso, dejando las que llevaba bien a un lado y bajando la nota de éstas.

Por todo esto es muy importante que los padres mantengan una comunicación adecuada con los tutores y profesores para ver cómo va nuestro hijo en el curso y las dificultades que tiene en cada asignatura y en cuales va  mejor que en otras.

Durante esta época hay que hacer además mucho énfasis en que los hijos mantengan un estilo de vida sano, que coman y descansen bien, para que su cuerpo y mente puedan dar el máximo rendimiento  en el ámbito escolar y no estén adormilados.

 Es recomendable que duerman unas ocho  horas diarias. Realizar en torno a 4-5 comidas diarias también ayuda a que el organismo se mantenga activo y ayude al dinamismo que exigen los estudios.

Si se observa que el niño se encuentra nervioso, es recomendable que busque una actividad extraescolar que implique ejercicio aeróbico como el baloncesto, fútbol,… pero que tampoco consiga distraerle demasiado de sus obligaciones académicas. Habría que conseguir este equilibrio adecuado.

El apoyo sobre los menores es imprescindible en la recta final del curso, pase lo que pase. SI te interesa el contenido, sigue leyendo: Construye relaciones fuertes y comprensivas: «Explora la importancia de la empatía al convivir con una persona depresiva.«