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¿Me quiere, no me quiere?

Los sentimientos asociados al amor: empatía, comprensión, interés por la otra persona, alegría, afectividad, escucha activa, deseo de compartir actividades placenteras comunes, etc., son las herramientas fundamentales en el cuidado de una relación positiva.

Sin embargo, muchas parejas comienzan su vínculo con una simple atracción visual, lo cual puede ser un error de base, pues pueden verse arrastradas por lo atrayente del disfraz de nuestra piel, y eclipsar al observador, encubriendo las carencias personas internas.

Asimismo, en numerosas ocasiones, los miembros de la pareja se ofuscan en cambiar al otro, aquellas características por las que se dejaron seducir en la etapa del enamoramiento son ahora obstáculos continuos que impiden el entendimiento mutuo.

Otras tantas parejas se embaucan en el matrimonio cuando ni tan siquiera se conocen a sí mismas, es decir, no existe un interés previo por mejorar a nivel personal, y una vez conviviendo y estableciendo proyectos comunes se convierte su relación en una auténtica guerra de desacuerdos.

Una vez que nos hemos detenido en estos ejemplos, que bien podrían representar las tres etapas principales de las relaciones de pareja a largo plazo: enamoramiento, noviazgo y matrimonio (o vivir en pareja), descubrimos equivocaciones que van sumando y perjudicando la relación.

Pasamos pues a enumerar algunas recomendaciones primordiales en la interacción de una pareja que representa un vínculo positivo y saludable:

–          En primer lugar, la amistad es la llave angular que consagra su relación. Ambas partes confían el uno en el otro, son sinceras y honestas.

–          En segundo lugar, ambas desean compartir tiempo de calidad, juntas, haciendo actividades que sean reconfortantes y estimulantes. Igualmente, se reservan tiempo personal para sí mismas, tanto individual como social.

–        En tercer lugar, cada una se responsabiliza de sí misma, de sus propias decisiones, sentimientos y comportamientos, por consiguiente, evitan el reproche y la culpabilidad.

–            Fomentan un estilo de vida saludable, física y mentalmente, lo cual redunda en bienestar personal y de pareja.

–          Poseen objetivos y proyectos comunes que vertebran su relación: intereses, valores, creencias, etc., que son similares. Las investigaciones científicas lo respaldan, aquellas parejas con mayores similitudes son las que mejores expectativas de felicidad alcanzarán.

–          Se interesan por la otra persona, cuidando la relación día a día, focalizando su atención en el presente, disfrutando el momento, en definitiva, VIVIENDO PLENAMENTE.

Aunque no es concluyente, te invitamos a que hagas este test de parejas.

En conclusión, demuestra cada día tu actitud amorosa, hacía ti mismo/a y hacia tu pareja, pues TODOS LOS DÍAS DEBEN SER “SAN VALENTÍN”.

Si estás interesado en los comportamientos y actitudes de las personas frente a ciertas situaciones, te invitamos a leer: Construye relaciones fuertes: «Explora la importancia de la empatía al convivir con una persona depresiva