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Primeros días de clase.

Ya ha llegado ese momento, tan deseado por algunos y odiado por otros,  de la vuelta al cole. Muchos son los padres que desean volver a la rutina,  llevar a los niños a la guardería o al  colegio, ya que durante los meses de verano la calma y tranquilidad parecen desaparecer.

Por otra parte encontramos el duro desafío de todos los años, la tensión de pensar quien será su nuevo profesor y cómo se adaptarán, los compañeros que le acompañaran este año, como se sentirá en el colegio. Estos son los motivos por los que a muchas madres y padres se les hace duro dejar a sus hijos en el colegio solos los primeros días, en muchas ocasiones incluso llorando.

Este es un proceso de adaptación necesario que comienza en la guardería y acaba en la universidad, todos los años el inicio del curso puede ser un momento difícil si no se mentalizan que la seguridad de los padres es trasmitida a los hijos y para hacerla más llevadera podremos seguir una serie de pautas:

  • La actitud ante sus hijos de camino al colegio debe ser positiva y alegre, lo que ayudará que el niño se tranquilice y comience el día con confianza. Un aspecto muy positivo sería que el propio niño ya hubiese visitado el colegio para familiarizarse con él, además de conocer a su profesora si fuese posible.
  • Debemos también volver a establecer los horarios habituales de levantarse, comer, realizar los deberes y dormir, esto puede resultar un poco más complicado durante los primeros días, debido a la falta de costumbre durante el verano, pero es la pauta más recomendable para que así pueda conseguir un buen curso.
  • Los primeros días debemos esforzarnos en llevarlo con tiempo, sin prisas, para así podernos relajar y despedirnos de ellos, avisándoles de que volveremos a por ellos al finalizar la jornada escolar.
  • Durante los primeros días, a los niños que se sientan más inseguros al separarse de sus padres, podemos permitirles que lleven un objeto con el que se sientan más seguros y así evitar que pasen todo el tiempo llorando o echándoles de menos.
  • Por último, debemos tener en cuenta las necesidades de cada niño, si en este caso el pequeño no deja de llorar, necesitaríamos unos primeros días de adaptación, donde los niños podrán estar algún tiempo con su madre o padre dentro de la escuela y así hasta conseguir que permanezcan solos sin llorar.

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