La dificultad que implica cambiar una determinada forma de ser o de actuar ante las situaciones de la vida cotidiana es obvia, pues las personas tienen un perfil de personalidad que viene marcado desde que nacemos.
Cada persona tiene su perfil propio y nunca será posible encontrar a dos personas que compartan una única forma de entender su entorno, pues siempre existirá alguna diferencia, algún matiz en la percepción de esa misma realidad común. En ello juega también un papel muy importante el número tan elevado de experiencias a las que os enfrentamos día a día y que nos hace aprender y enriquecernos formando así un perfil de personalidad más compacto y rico conforme se va avanzando en la vida.
El filósofo José Ortega y Gasset decía “yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo…”, la importancia de las situaciones que rodean a cada uno/a y de cómo las vive son fundamentales para definir su perfil de personalidad. En efecto, el entorno que rodea a cada cual desde pequeño es muy importante para determinar cómo será de mayor. Actualmente somos ya conocedores de cómo afecta el estilo de vida a la aparición de determinadas patologías, haciéndonos muy conscientes de la importancia de protegernos de situaciones emocionales que puedan percibirse como negativas.
Dicho todo lo anterior, se puede determinar que no será posible o que será tremendamente difícil que llegados a la edad adulta hagamos un planteamiento de cambio de forma de ser o de cambio de un determinado perfil de personalidad. Ahora bien, sí se puede plantear derivar éste hacia ciertas modificaciones, según las necesidades de la persona y el nivel de malestar experimentado, llegando a conseguir así un beneficio emocional muy considerable.
Con este planteamiento las personas que se cierran a esta posibilidad se están cerrando también la posibilidad de conseguir un mayor nivel de felicidad. Personas que dicen “yo soy así y no puedo cambiar” están limitando enormemente su propósito de mejora ante algo que se le pueda antojar necesario en un momento determinado de su vida y que puede ser causa de mucho sufrimiento emocional innecesario.
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