Se define el duelo como un proceso normal que sigue la pérdida de un ser querido y que es un período de adaptación en el que se ponen en marcha un número elevado de recursos con el fin de sobreponernos a la pérdida.
No obstante este proceso de adaptación se puede obstaculizar por determinados aspectos, uno de ellos es evitar u ocultar el dolor que supone la pérdida y otro es querer tipificarlo, hay que tener en cuenta que cada persona vive su dolor de una forma individual, con su ritmo propio, con sus estrategias de afrontamiento y con su propia elaboración del dolor.
Tareas que se pueden desempeñar para aliviar el dolor:
- Es necesario ser realista y asumir la pérdida desde el primer momento. No es conveniente ser extremistas. Con las pertenencias de la persona fallecida no se debe actuar conservando todo como si fuera a volver, pero tampoco deshaciéndonos de ellas inmediatamente.
- Los familiares o amigos no deben distraer al doliente o mantenerlo ocupado en otras actividades con el objetivo de que no recuerden la pérdida.
- El doliente debe adaptarse al mundo que el fallecido ha dejado haciéndose cargo de otras ocupaciones distintas a las que realizaba cuando estaba él.
- Colocar al fallecido en un lugar emocional que permita al doliente seguir viviendo, no es conveniente renegar de sus recuerdos pero tampoco buscarlos continuamente.
- El tiempo verbal que utilizamos cuando nos referimos a la persona fallecida es my indicativo, es necesario hablar en pasado y no en presente.
- Es necesario aceptar la realidad de la pérdida como sucedió, evitando que el pensamiento de forma automática tienda a buscar desenlaces diferentes.
- Se pueden dar casos en los que el doliente afirma que puede sentir, oír o ver a la persona fallecida. Esto es solo una forma de negar la pérdida y si se prolonga en el tiempo se puede convertir en patológico.
Para apoyar al doliente hay que ayudarle delicadamente a que relate de forma racional y poco a poco los detalles de lo que ocurrió y de cómo ocurrió. Con este trabajo se ayuda a que asimile lo que pasó y a la vez lleve a la realidad su ideación de que el ser querido no ha fallecido. Esta función puede ser realizada por un profesional de la salud mental en caso de ser necesario.
Si te gusta la psicología, te invitamos a leer el siguiente artículo: Explora estrategias para una convivencia armoniosa: «Descubre cómo vivir con una persona que enfrenta ansiedad y depresión.»
Me parece brillante y esclarecedor el artículo. Felicitaciones.
Me ha servido leer este artículo, muy claro todo. Lo aplicaré. Gracias