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Hoy en día los padres participan de forma muy activa en todos los acontecimientos de los hijos. Pero el ritmo de vida y las necesidades laborales hacen que esto se convierta en un foco de estrés que puede llevar incluso a no disfrutar de su crianza, llegando a considerar que es una tarea para la que no se está suficientemente preparado, apareciendo en muchas ocasiones sentimientos de culpabilidad.

Recomendaciones:

  1. Evitar sentirse culpable por la exigencia de ser un padre perfecto, esto puede llevar a perder la serenidad y que los hijos lo perciban. El hecho en sí de mostrar esta preocupación significa que la paternidad se plantea como algo importante.
  2. Es necesario distribuir las obligaciones paternales, es importante hablar de ello en pareja y en un momento de calma, recordar siempre la importancia de la implicación de ambos, padre y madre. Para conseguirlo es fundamental que a cada uno se le permita hacer las cosas a su estilo y se evite juzgar continuamente a la otra persona su  forma de hacer las cosas.
  3. Hay que ser padre, no amigo. Esto significa que a veces es necesario decir que no, aunque los hijos deseen que les digamos que sí. Es normal que a veces los hijos no estén contentos con las decisiones de sus padres.
  4. Organizar la casa a prueba de niños. No se debe aspirar a conseguir lo imposible, no esperar en determinados momentos actuar sin tener prisa y que todo esté ordenado. Debe entenderse la situación actual como que lo que está ocurriendo forma parte de una etapa puntual y que en la medida en que se sepa llevar adecuadamente, se disfrutará mejor de ella.
  5. Comenzar el día con buen ánimo, todos los días no es fácil mostrar entusiasmo, pero se encontrará más colaboración en el niño si se le despierta con una sonrisa que  si se le levanta con un grito.
  6. A veces se confunde un tropiezo con una tragedia. Vamos a reservar los enfados para lo que es realmente importante.
  7. Ignorar comentarios por parte de familiares y conocidos que tiendan a culpabilizar todo lo que  los hijos hacen mal  y no  valorar aquello que hacen bien.
  8. Buscar iniciativas, ideas nuevas,  actividades divertidas para disfrutar  en familia que ayuden a liberar tensiones.
  9. Establecer algún tiempo libre, aunque sea mínimo, para cuidarse, descansar o leer. Es importante no olvidar que los padres deben atender en la medida de lo posible sus necesidades y hobbies, es necesario compaginarlos con la crianza de los hijos.
  10. Determinar que los hijos también colaboren en las tareas, de manera que se establezca el objetivo de que todos cuidemos de todos.
  11. No colocarse siempre en último lugar, es adecuado que los hijos sean conscientes de que los adultos tienen sus necesidades y las satisfacen, esto les hace ser menos egocéntricos y egoístas.

A veces, mientras se dedica el tiempo a intentar  ser la familia perfecta nos olvidamos de lo que realmente es importante, ser felices.

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