Deseo sexual hipoactivo.
Es un trastorno que suele afectar más a las mujeres que a los hombres, se basa en una falta de interés sobre el sexo, ausencia de fantasías sexuales y una baja frecuencia de actividad sexual.
Las mujeres que padecen este trastorno no suelen tomar la iniciativa para tener ningún contacto sexual y cuando las tienen suele ser con desgana. Hay casos en los que, tras superarlos primeros momentos del contacto sexual con apatía, suelen responder de forma positiva finalizando una relación sexual satisfactoria. En los casos más graves, quienes padecen este trastorno muestran un rechazo continuado hacia el contacto con el otro sexo, viviendo pasivamente la relación hasta que su pareja finaliza.
Dado que no existe un criterio formalmente establecido sobre lo que debería ser un deseo normal o saludable, nos basaremos en el malestar que le genera a quien lo sufre el hecho de mantener esta inapetencia durante cierto tiempo. Se dan algunos casos en los que este trastorno se encuentra enmascarado detrás de un trastorno de ausencia de excitación o de anorgasmia.
Este trastorno provoca una diferencia en cuanto al deseo sexual de la pareja y aunque intentan en la mayoría de los casos buscar compromisos que sean gratificantes para ambos, no siempre se consigue afectando entonces a la relación. Se genera malestar cuando la parte con más deseo sexual siente rechazo y desapego de la pareja provocando esto discusiones. Así mismo, la persona con menos deseo sexual siente una invasión de su espacio y una exigencia que percibe como falta de respeto ante la insistencia de su pareja. A veces para evitar el conflicto se acaba cediendo pero con un sentimiento de obligación hacia el otro.
En esta situación se suele crear un distanciamiento físico y emocional, donde se acaba pensando que cualquier acercamiento se interpreta con una intencionalidad sexual, esto acaba distanciando a la pareja haciéndola más fría.
Por otro lado en el caso de que fuera la mujer quien manifiesta un deseo sexual menor, se puede acabar etiquetando a ésta de disfuncional. Es importante para diagnosticar esta disfunción tener en cuenta la existencia de diferencias entre género del deseo sexual.
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