Las demencias degenerativas orgánicas de curso crónico afectan entre un cinco y un ocho por ciento a la población mayor de sesenta y cinco años, alcanzando un veinte por ciento entre la población mayor de ochenta años.
En las demencias se ven afectadas varias funciones cognitivas, el lenguaje, la memoria y el pensamiento. Sin embargo el concepto de demencia debe entenderse como una pérdida global de todas las funciones intelectuales.
Esta pérdida incluye la capacidad de recordar información de la propia persona o de los allegados, la dificultad para expresar pensamientos y la capacidad de orientación temporo-espacial.
A nivel conductual se manifiesta con la ejecución de ciertas conductas como vagabundear, diversos movimientos estereotipados o la evacuación intestinal o conductas sexuales en lugares impropios. En ocasiones manifiestan violencia y en estados más avanzados manifiestan pérdidas de habilidades del cuidado personal.
Existen técnicas terapéuticas que ayudan a paliar esta sintomatología, como por ejemplo la OR (orientación de la realidad), que consigue mejorar la orientación verbal. El control de estímulos se utiliza para mejorar la desorientación, la incontinencia y la actividad sexual inapropiada. El empleo de imágenes visuales se utiliza para el entrenamiento en memoria.
Una gran cantidad de enfermos con demencia senil conviven en casa de familiares y allegados, por lo que muchas intervenciones terapéuticas se basan en la mejora de la calidad de vida en el seno familiar y el nivel de salud mental de los cuidadores, proporcionando modos efectivos de afrontamiento ante las demandas conductuales del anciano con deterioro grave.
Si deseas más información acerca de este tipo de trastornos, nosotros te la ofrecemos. Puedes leer: encuentra consejos para la convivencia: «Descubre cómo vivir con una persona que enfrenta ansiedad y depresión.»