Las autoafirmaciones son aquellas cosas agradables que te dices a ti mismo acerca de aquello que has conseguido, de cómo eres o de lo que estás consiguiendo cuando trabajas, no se trata de ser idealista, se trata de reconocer tus aciertos y tus virtudes. Pero esto no resta importancia a la necesidad de saber también reconocer tus errores.
Estas autoafirmaciones pueden ser personales o interpersonales:
- Personales, son aquellas que nos decimos a nosotros mismos y para las que utilizamos un lenguaje interno (buen trabajo,estoy guapo…)
- Interpersonales, son aquellas que decimos sobre nosotros mismos pero cuando estamos en relación con otras personas (he realizado un buen examen, estuve muy simpática cuando me presentaron a sus amigos…)
Cuando nos reconocemos y nos decimos cosas positivas conseguimos varias cosas:
- Nos sentimos bien, nos motivamos y estamos más a gusto con nosotros mismos.
- Nos damos seguridad, tenemos inquietud por superarnos y por consiguiente nos damos cuenta que los demás también nos valoran.
- Damos a conocer a los demás, también, nuestros aspectos positivos.
- Nos ayuda a creer en nosotros mismos y eso nos da confianza.
Pero hay muchas personas que esto no lo hacen, se dedican a valorar mucho a los demás pero nada a ellos mismos, como si lo que ellos fuesen o hiciesen no tuviese importancia. Esto hace mucho daño al que lo padece y es necesario cambiarlo.
Hay que analizar las cosas en su justa medida y eso significa reconocer tanto los aciertos como los errores, los primeros para potenciarlos y los segundos para corregirlos. Nuestros aciertos no son menos importantes que los errores, eso es totalmente falso y cuando pensamos esto nos hacemos inseguros, le damos demasiada importancia a lo que los demás piensan de nosotros mismos y nos creemos siempre juzgados por otras personas que consideramos valen más que nosotros. Esto nos hace tener la percepción de que no tenemos la capacidad suficiente para enfrentarnos a algunas situaciones que se nos presentan en el día a día, por lo que nos convertimos en seres vulnerables a la crítica, con cualquier comentario se nos puede hundir en la más terrible de las miserias, pues no sabremos o no nos atreveremos a defender nuestra postura ni nuestras razones y siempre creeremos que los demás tienen más razón que nosotros porque los vemos mejores y más preparados que a nosotros mismos, aunque realmente no sea así.
Ser objetivos con nosotros mismos, saber reconocer nuestros aciertos y también, por supuesto nuestros errores, nos hace más fuertes, más seguros y cuando escuchamos una crítica o un comentario del tema que sea, sabremos distinguir lo que nos aporta y lo que no y cambiar aquello que es mejorable y no hacer caso a lo demás.
En definitiva saber reconocer nuestras virtudes nos hace relacionarnos con la gente sin miedo, con seguridad y sabiendo que “YO TAMBIÉN VALGO MUCHO…”
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