Normalmente las personas que padecen este trastorno acuden a consulta psicológica después de estar durante mucho tiempo encontrándose muy mal con síntomas ansioso depresivos y sin hacer referencia a sus características dependientes. En otros casos solicitan ayuda después de una ruptura o un cambio importante en su vida, mostrando en estos casos sentimientos de incapacidad para dirigir su vida, no encuentran alivio, se sienten desolados, desamparados y con sentimiento de vacío. En estos casos el interés principal es el alivio de estos síntomas pero el trasfondo es una dependencia afectiva y solo si esto se resuelve el paciente notará mejoría y remitirán los síntomas presentados.
La persona en cuestión, incluso sintiéndose mal durante mucho tiempo, cuando decide pedir ayuda es porque se encuentra en una situación que percibe como límite, normalmente tras una ruptura o una crisis de relación de pareja, con una sensación de malestar que le incapacita en muchas ocasiones para llevar una vida normal, pues manifiesta tal apatía que no se siente capaz de cubrir unos mínimos de su actividad diaria, experimentando síntomas de ansiedad, sobre todo cuando está solo, sentimiento de culpabilidad por la ruptura o por la crisis por la que atraviesa, mostrándose inseguro en las decisiones tomadas incluso cuando sabe que la relación era totalmente perjudicial.
Tras un trastorno de dependencia afectiva siempre hay baja autoestima, poca confianza en uno mismo y una importante necesidad de apoyo y solo cuando una persona aprende a valorarse, a tener una autoimagen adecuada a sus capacidades, aprende a decir lo que piensa y a tomar decisiones, será capaz no solo de superar la situación que está viviendo sino que será capaz de disfrutar de cualquier relación madura entre personas, ya sea de pareja o de amistad. Con mucha frecuencia cuando se habla de estos aspectos la persona en cuestión considera que ella no será capaz nunca de conseguirlos, pero eso no es cierto, esto no es más que una prueba más de la visión negativa de sí mismo, todos tenemos capacidad para aprender y mejorar nuestra autoestima, lo haremos a nuestro estilo, pero se consigue, solo hace falta decisión y en mucha ocasiones ayuda especializada.
Esta abaja autoestima y falta de actitud, es común en otros trastornos como la depresión, por ello es importante conocer estrategias para una convivencia positiva: «Convivir con una persona depresiva: descubre cómo hacerlo de manera comprensiva y amorosa.»