Uso adecuado de la tecnología.
Estamos en una era digital, donde predomina el uso continuo de tablets, móviles, ordenadores, televisión…
Esto significa que cada día nos alejamos más del mundo real, para adentrarnos en el digital, lo que también influye a los niños. Cada día es más temprana la edad en la que comienzan a hacer uso de este tipo de dispositivos, cualquier bebé de cuatro meses ha sido sentado a ver la televisión como forma de entretenimiento, y un niño de dos años sabe manejar un móvil o una tablet sin ningún problema.
Todo esto repercute en que el desarrollo del niño tanto a nivel intelectual como a nivel personal cambie, el cerebro de un niño recién nacido está sin desarrollar completamente, si en este caso empezamos a enviarle información continuamente de modo digital, este niño tendrá y exigirá este tipo de estímulos continuamente, no sabrá vivir en un tiempo real.
Esta situación se traduce en un problema real, a día de hoy hay investigaciones que determinan que un porcentaje muy elevado de los niños que han crecido rodeados de estos dispositivos, desarrollan déficit de atención respecto al mundo real, ya que viven acostumbrados a la continua visualización de estímulos, que en el mundo real no sucede con esa rapidez.
No todo lo que nos proporcionan estos dispositivos es negativo, ya que puede ser una gran fuente de información que nos puede ayudar en determinados momentos e incluso cada día es más recomendable usar esta tecnología a la hora de estudiar, pero esto nos lleva a un debate con dos opiniones muy contrarias, por tanto habrá quienes estén a favor o en contra de este uso.
Lo que sí debemos tener en cuenta, es que el uso de estos dispositivos debe estar regido por unas normas tanto de uso como de tiempo, que no deben excederse para así evitar esa dependencia que está llegando a existir en la actualidad.
El uso excesivo de estas tecnologías se traduce a un aislamiento de los más pequeños incluso de los mayores. Esta soledad, posteriormente se convierte en ansiedad y depresión, por ello es importante explorar estrategias para una convivencia armoniosa: «Descubre cómo vivir con una persona que enfrenta ansiedad y depresión.»