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Es bastante frecuente en las consultas de los profesionales de salud mental que acudan personas que se sienten impotentes y frustradas, donde entienden claramente que existen necesidades de atención hacia determinadas personas de su entorno, ya que están viendo que algún miembro de la familia, la pareja o un amigo presentan actuaciones que le hacen pensar que necesita la ayuda de un profesional.

A veces incluso estas personas acuden para ponerse en tratamiento ellas mismas, al ver que le está afectando la actuación del otro y que tras  infructuosos intentos para conseguir que busque ayuda, no consigue más que sentirse más dolida ante lo que puede entender como una falta total de empatía y atención hacia los demás. Estas personas están dañando con su actuación sin ser conscientes, en ocasiones, de ello. Lo que puede ser entendido como egoísmo por unos puede ser también entendido por invasión de su espacio por el otro, quien es  totalmente ignorante de su problema. No cabe duda de que la persona afectada está sufriendo emocionalmente, pero ¿por qué no reconoce que puede tener un problema y accede a la petición de acudir a buscar la ayuda de un profesional?

Desde nuestro punto de vista existen varias razones de peso para que esto ocurra:

  • Percepción de que si da el paso de acudir al profesional de salud mental será reconocer una debilidad, es decir, percepción de que la necesidad de asistencia psicológica está asociada a fracaso y debilidad.
  • Desconocimiento de la función del profesional de salud mental y desconfianza en que le pueda ayudar.
  • Miedo a enfrentarse a una primera entrevista donde se van a tratar temas dolorosos que en muchas ocasiones incluso no acepta.
  • Sensación de que los demás están contra él y que son todos los demás los que están realmente mal o incluso quieren conspirar contra él haciendo que acuda a un profesional.

Desde el punto de vista clínico la atención en salud mental requiere que el paciente se implique en el tratamiento, que sienta la necesidad de cambiar, para que de este modo consiga avanzar y esforzarse en conseguir los objetivos terapéuticos que el profesional va a  planificar con su consentimiento.

El principal objetivo entonces debe ser que sienta la necesidad de cambiar y que sepa que ese cambio va a producir  una mejora en su calidad de vida  y posiblemente también en la calidad de vida de las personas cercanas. La sinceridad y la confianza son dos factores fundamentales para facilitar el acercamiento al profesional, sin embargo el engaño,  la exigencia y la invasión de su propio espacio no ayudará a que consiga dar el paso.

De forma paulatina será necesario normalizar el hecho de la asistencia al profesional de salud mental, aceptando la necesidad de ayuda y confiando en que se le puede ayudar. Teniendo en cuenta que hoy es muy fácil obtener terapia mediante el servicio de psicólogo online por videoconferencia.

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